“El arte ha muerto. Sus movimientos actuales no reflejan la menor vitalidad; ni siquiera muestran las agónicas convulsiones que preceden a la muerte; o son más que las mecánicas acciones reflejas de un cadáver sometido a una fuerza galvánica”. Este es el sombrío diagnóstico del filósofo y crítico de arte norteamericano Arthur Danto, quien resucita la vieja tesis hegeliana del fin del arte, que pronosticaba el agotamiento y la muerte del arte, y su disolución en la filosofía. Lo cierto es que el arte de nuestro tiempo y de nuestro pasado reciente, depende cada vez más de una teoría para existir como tal, y –como escribe Danto- “los artistas han dejado el camino abierto para la filosofía”. De otro lado, es innegable que el ser humano tiene una “dimensión estética” y podemos pensar, con Herbert Marcuse, que el arte posee, a un tiempo, un elemento afirmativo, reconciliador con la realidad establecida, y una función crítica o negativa, que nos invita a la rebeldía y a la emancipación de la sensibilidad, la imaginación y la Razón. El arte –haya muerto o no- no es, pues, un tema menor para la reflexión filosófica en general, y para la filosofía actual en particular, ni tampoco lo es la relación entre el arte y la filosofía. Es por ello, que creemos interesante reflexionar acerca de los puntos centrales de la problemática contemporánea de la filosofía del arte y discutir la pertinencia o no de la tesis sobre el fin del arte.
Pero también estamos convencidos de que la filosofía, como arte de vida, debe trascender sus prejuicios académicos y convertirse en un conocimiento indisociable de la experiencia cotidiana, siendo capaz de proporcionar herramientas y recursos útiles desde el punto de vista social en general, y desde la perspectiva educativa en particular. Sólo así se podrá conseguir que la filosofía tenga una mayor y mejor presencia social y proyección en el marco del proceso de enseñanza-aprendizaje. Por todo ello, además de una aproximación teórica al fenómeno artístico, nos proponemos ofrecer propuestas didácticas en la línea de la llamada “Práctica filosófica”.
Pero también estamos convencidos de que la filosofía, como arte de vida, debe trascender sus prejuicios académicos y convertirse en un conocimiento indisociable de la experiencia cotidiana, siendo capaz de proporcionar herramientas y recursos útiles desde el punto de vista social en general, y desde la perspectiva educativa en particular. Sólo así se podrá conseguir que la filosofía tenga una mayor y mejor presencia social y proyección en el marco del proceso de enseñanza-aprendizaje. Por todo ello, además de una aproximación teórica al fenómeno artístico, nos proponemos ofrecer propuestas didácticas en la línea de la llamada “Práctica filosófica”.
1 comentario:
Se puede encontrar un ARTÍCULO sobre la problemática contemporánea del “Fin del arte” (ARTHUR DANTO: “EL FINAL DEL ARTE” (El Paseante, 1995)) en la siguiente dirección:
http://www.temakel.com/texfildanto.htm
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